Un activo alternativo es, en términos sencillos, aquel cuyo valor está en la rentabilidad que puede generar más que en su simple precio de mercado. La diferencia está en la gestión especializada y profesional que puede sacar lo mejor de él, sin burbujas ni especulaciones.
En España, y más tras largos y difíciles años de crisis, estamos pasando de activos “tóxicos” (en los que el momento no ha sido propicio y la gestión deficitaria) a activos “atractivos” con el asesoramiento adecuado y la oportunidad centrada. Y no se trata de buscar plusvalías sin más, sino de invertir tiempo y gestión en desarrollar buenos proyectos que redunden en beneficio empresarial y riqueza.
No todo vale, ni todo activo es o podrá ser rentable:
Las ideas no se venden solas y tampoco los activos. No se puede vender cualquier cosa y de cualquier manera porque el beneficio que se obtiene al hacerlo bien supera, siempre, el coste en que se incurre.
El valor de un activo depende, simplemente, de los flujos que su gestor sea capaz de generar en el tiempo y del riesgo implícito de esos flujos, nada más: es el momento de los gestores, no de los especuladores, no hay buenos o malos activos, sólo hay proyectos buenos o malos.
Vender y comprar con valor aquello que lo merezca es y será una oportunidad, y más en los próximos meses.
La oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto