Hace unos meses, a través de nuestro blog, destacábamos lo importante que es poner el foco en la mejora de la rentabilidad de la empresa, como fuente de ventaja competitiva: no hablamos de crecer, tampoco nos referimos a ganar más dinero, sino a ser más productivos y eficientes y, por lo tanto, más fuertes y … rentables.
En este sentido, desde Premier Corporate Group queremos seguir promoviendo los programas de mejora de la rentabilidad como una “best practice”: en esta ocasión, queremos invitaros a medir la evolución de nuestro negocio en términos de evolución de nuestro ROE (return on equity o rentabilidad del capital)… seguro que podríamos llevarnos una sorpresa: ¿es superior a la rentabilidad de otras alternativas de inversión con menor riesgo?, ¿es acorde con la prima de riesgo inherente a nuestro sector?, ¿ha mejorado o empeorado a largo del tiempo?, ¿es mejor que la de nuestros competidores?,…
No se trata tanto de calcular el ROE de la empresa, sino de analizar y descomponer el mismo para, así, poder identificar acciones concretas que permitan que los objetivos, los presupuestos y los planes de negocio de nuestra empresa tengan como objetivo prioritario mejorar su ROE y, en consecuencia, su fortaleza financiera y su competitividad.
Técnicamente, el ROE es el resultado de 3 palancas muy claras:
EJEMPLO
Un análisis minucioso, pero sencillo, de lo anterior permitirá identificar, sin duda, importantes medidas de mejora de la rentabilidad de nuestra empresa: desinvertir en activos improductivos, mejorar el período medio de cobro, optimizar los períodos medios de pago, incrementar la productividad de nuestros recursos, mejorar la eficiencia, optimizar la estructura financiera de la empresa, diversificar hacia nuevos negocios, etc…
¿Por qué no intentamos poner el foco financiero en el ROE, más allá de otros muchos ratios que estamos acostumbrados a medir y reportar?